Muchos de nuestros comportamientos que creemos elecciones conscientes no lo son. Elegir lo que estudiamos, con qué tipo de personas nos relacionamos, sufrir enfermedades, búsquedas incesantes de algo, dedicarnos a una profesión para reparar aquello que sucedió, no encontrar pareja, etc.
Por suerte no sólo nos transmiten lealtades y mandatos que nos limitan, nuestros ancestros también nos transmiten todos los valores y fortalezas que nos hacen seguir adelante, que nos permiten ser quienes somos.
No obstante, no es cuestión de echar culpas a nadie, o quitarse responsabilidad a uno mismo. Al contrario, se trata de, teniendo más información, hacernos más responsables y decir “ahora puedo hacer algo distinto”. Los mandatos familiares, y demás no son leyes inquebrantables e inmovibles, siempre que las hagamos visibles, las entendamos y comprendamos, y desde ahí, con amor, sin rechazar lo que es, poder hacer algo distinto.
Es decir, sabiendo cómo se comportó un familiar, qué le llevó a hacer qué, o simplemente reconociendo y dándole su lugar, puede hacer que nosotros comprendamos más y tomemos decisiones diferentes. Entonces es una oportunidad para hacer algo distinto pues ya tenemos más información.
Es una realidad que se transmiten muchas más cosas por herencia de las que creemos. Es decir no solo transmitimos genes (por el ADN), se transmiten mandatos, creencias, valores y mucho más. Un rama de la ciencia que está estudiando sobre herencias que no se hacen a través del ADN es la epigenética. Te animo que investigues un poco sobre ella.