La primera sesión

primera-sesion-2-mascara-rojo.jpg

Un problema no se resuelve condenándolo.

En la primera sesión nos conoceremos, me contarás que es lo que quieres trabajar, qué te ha traído hasta aquí, y el motivo por el que has decidido en este preciso momento iniciar un proceso. 

Desde el mismo momento en el que entres por la puerta la sesión habrá comenzado. Eso no quiere decir que el tiempo empiece a contar ya. Me explico, todo lo que hacemos habla de nosotros, y por lo tanto, el cómo nos relacionamos también es una oportunidad para darnos cuenta de cómo funcionamos. Al fin y al cabo si estamos iniciando un proceso de autoconocimiento es porque queremos que algo funcione de un modo distinto ¿verdad?

Yo te contaré como trabajo, qué herramientas uso, que estoy dispuesto ofrecer y hacer. Te preguntaré qué estás dispuesto a hacer tú (en el proceso y sobre todo por ti). La respuesta a esta pregunta es muy poderosa y muy valiosa para ambos. Con todo esto, trataremos de llegar a un compromiso común de trabajo. Es decir nos comprometeremos a poner lo mejor de cada uno para que puedas andar un nuevo camino.

También tendremos que fijar un objetivo, es decir, que estamos tratando de conseguir en estas sesiones. Es importante marcarse un objetivo para poder acotar y trabajar en una dirección. La dispersión dificulta el proceso.

Este objetivo lo revisaremos cada cierto número de sesiones. El número de sesiones hasta la revisión podremos acordarlo en esta sesión o en la segunda. En esa sesión “de control” también revisaremos la evolución de tu proceso. 

Si en una sesión de control vemos que el objetivo ya se ha cumplido, podremos valorar si queremos trabajar otro asunto o si es el momento de finalizar el proceso.

¿Te atreves a comprometerte contigo mismo?

Anterior
Anterior

Acompañando

Siguiente
Siguiente

Duración de la sesión